Laura Pérez vive su segunda etapa en Granada convencida en la capacidad de su fútbol. Su periplo en EE. UU. fue corto, pero sólo rescata sensaciones sensaciones positivas. En la cabeza de Laura Pérez (Granada, 1998). En su cabeza siempre ronda un balón, pero guarda un sentido práctico de la vida. Este año empieza la carrera mientras es consciente de que le queda mucho y bueno que vivir sobre el césped.
¿Cuándo empieza Laura Pérez a jugar al fútbol?
Empiezo con 6 años en el patio del colegio como cualquier niño. De forma más profesional a los 8 cuando fui a hacer las pruebas al Granada Atlético. Me seleccionaron y estuve allí tres años entre fútbol sala y fútbol 7. El equipo desapareció y me busqué un equipo femenino. Jugué en Ogíjares y allí aprendí bastante. Al final, con 15 años llegó el Granada CF que es donde he crecido como futbolista y como persona.
¿Por qué elegiste el fútbol? No es el que más practiquen las niñas.
Creo que eso no se elige. Simplemente empiezas a jugar y cada vez te gusta más. Quieres aspirar a más, a jugar de forma federada y hasta ahora.
¿En algún momento te has sentido rara por jugar al fútbol?
He tenido mucha suerte. Durante los tres años que jugué con niños me trataron como a una más. Incluso a veces me hacían sentir una privilegiada. Nunca recibí insultos ni comentarios racistas como otras compañeras.
¿Qué sentiste cuando te llamó el Granada CF?
Fue un cambio brutal. De jugar en provincial a hacerlo en Primera división. Dudé mucho al principio porque era un cambio muy grande. Al final fui valiente y no me arrepiento. Aunque fue un año duro porque me lesioné, el hecho de debutar en Primera fue un sueño cumplido.
¿Qué recuerdas de tu debut?
Fue en Valencia contra el Levante. Salí en el minuto 60 y fue un debut agridulce porque perdimos. Era lo normal ante un rival grande. Recuerdo algunas internadas por banda, pero nos dominaron y no pudimos hacer nada.
¿Y del año en Primera división?
Mucha gente me dice que fue mi peor año por el tema de la lesión de rodilla. Pero no lo recuerdo así. Fue un buen año porque los dos meses o así que pude jugar fue muy bonito el enfrentarme a rivales grandes. Además, fue cuando debuté con la selección sub 17.
¿Te costó mucho sentirte plenamente recuperada de esa lesión?
Lo más difícil es cuando se vuelve a jugar. Aunque la rodilla pueda estar bien la cabeza no lo está. Es complicado ese paso hasta volver a sentirte futbolista y tener confianza. Vas con un poco de miedo y eso se reflejó en mi vuelta al campo. No me sentía la jugadora que era. Todo era psicológico.
¿Cómo encajaste el descenso de categoría?
El año pasado hicimos una buena temporada que no se culminó con el objetivo que deseábamos, pero en lo personal estoy muy contenta porque aporté bastantes goles y asistencias. Disfruté mucho, que es lo importante. Ojalá que este año se sumen una buena temporada particular y colectiva.
¿Cómo viviste el momento en el que la selección te convoca para el Europeo?
Este verano recibí una de las noticias que más marcadas tengo porque es una generación de futbolistas que tiene una experiencia increíble. Era una lista de 24 jugadoras en las que todas eran candidatas a ir. He vivido una de las experiencias más bonitas que me ha dado el fútbol.
¿Qué se siente cuando se escucha el himno de España y se está tan lejos?
Es de los momentos más impactantes cuando juegas con la selección nacional. No sabes si mirar arriba, a tu familia... Te tiemblan un poco las piernas. Es un momento que te motiva mucho.
Te proclamas subcampeona de Europa, recibes muchas ofertas y optas por irte a EE. UU..
La que más aspectos positivos me iba a aportar era la oferta de irme al extranjero a aprender un nuevo idioma; familiarizarte con otra cultura... No salió como quería y he vuelto a casa.
¿Por qué decides volver?
He estado muy bien. Me adapté mejor de lo que creía. Pero a partir de la convocatoria con la selección aparecieron una serie de problemas que no me hicieron sentir a gusto. Siempre puedo volver en otra ocasión, en otras condiciones y a otra liga mejor.
¿Qué te encuentras cuando vuelves a casa?
Me encuentro un equipo bastante nuevo. La filosofía y el bloque siguen siendo el mismo pero hay un ambiente diferente.
¿Cómo te has vuelto a ver en la selección en las últimas convocatorias? ¿Te ves consolidada?
En la sub 19 han subido muchas jugadores de categoría por edad. Asumes más responsabilidad por tener experiencia de años anteriores. Saltas al campo como esa jugadora que tiene que echarse el equipo a la espalda junto a otras compañeras.
Volver a Granada y encontrarte el ‘7’ en la espalda...
[Ríe] Hablé con Roberto (Valverde) y me dijo que me guardaba ese número si volvía. Es un detalle que agradezco al club y al entrenador. Es el número que me gusta.
¿Cuál es tu futbolista referente?
Por la forma de ver el fútbol me gusta mucho mi compañera Laura Requena. Creo que es la persona con la que más disfruto jugando. Tiene unos valores que son envidiables. También me fijo mucho en Andrea Sánchez, que comparte posición y también he tenido la suerte de jugar con ella. De la selección absoluta me gusta mucho Alexia. Tiene mucha calidad.
¿Empiezas este año la carrera?
Sí, no me puedo permitir el lujo de estar aquí sin hacer nada. Voy a empezar la carrera de Administración de Empresas por lo que pueda pasar. Me gustaría volver a vivir la experiencia de EE.UU., pero nunca se sabe. Es muy difícil vivir del fútbol. Lo más bonito es disfrutar y el día que no disfrute pues hasta ahí.
¿Qué le pides a la temporada 2016-17?
No lo voy a decir porque dicen que no se cumple. Está claro el objetivo que tiene el club, el volver al sitio en el que merece estar. Fue un descenso injusto y se merece estar más de una temporada en la élite.